Son las 5:35 de la mañana de un 25 de junio,
día que me regalan el mar,
para perderlo antes de probarlo.
Abro los ojos para ver de nuevo el mar,
para aceptar esto que amenaza eternamente
con desaparecerme
El mar que me habita no es como el anterior,
no posee la tranquilidad del camino conocido,
nada de negruras…
nada de espesuras…
nada de promesas.
No mide el tiempo en años,
ni en amores.
El mar que me habita ahora
es el espejo del desgano
del miedo a la tormenta.
No aprendí a remar,
jamás entendí la rosa de los vientos,
me condene a estar perdida,
a naufragar en mundos extraños.
Tengo sed y cansancio de tanto caminar
sin entender esta rueda.
El mar que me habita en cualquier momento me tragará,
y yo se que será en el momento donde más…
desee vivir.
©Luisa Fernanda Vanegas
Colombia
25 de junio de 2012
5:35am
Código: 1206281879307
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