Ya no me haces sentir corazón,
He visto día a día como mi espíritu se marchita por ti.
Lo que llamaba tu amor, lo he dejado marcharse tras los brazos de aquella.
Te ame… ahora suena tan lejano, tan poco probable.
Es tan triste no considerarte en mí.
Yo no pensaría que te ame…mejor diría te seduje, te embruje para mí.
Necesitaba saborear un poco el amor, dibujarlo en mi corazón; iniciarlo para saber, que es aquello de vibrar.
Yo no pensaría que algún día desee tus ojos, tu boca; esa mala costumbre que poseen los humanos de desear todo, yo solo te buscaba a ti.
Yo no pensaría que un día te soñé en mis brazos; yo diría que un día llegaste y me pediste que extendiera mi ser por ti, necesitabas propagación y las mujeres facilitamos eso. Somos los únicos seres que a pesar de todo permitimos la historia común pasa saber que se ha vivido.
Yo no diría que un día, me enferme, me deje de ti, me abandone en ti.
Yo más bien diría… me olvide.
Llegaste en medio de oscuridad, no podía verte, no eras claro a la luz; tenias el misterio que da el futuro, la chispa que da la vida ante el misterio, aquella que nos envuelve y nos deja descubrirnos; es que sin haber amado no podemos afirma que hemos existido. El sufrimiento y el placer se ven tan seguidos en tus brazos, continuamente nos debatimos en estos dos estados.
Estaba tan desecha, que te tome, no vi otra cosa; o mejor no quise ver más para deleitarme.
Mis manos palparon todo de ti, ellas vieron luz; una luz tenue que no sentía miedo de mis intermitencias, aquellas que surgían al tener contacto contigo.
Estaba deseosa de encontrarte, de verme en ti.
De ver lo que el destino me había prometido para amar; sin imaginarme que las palabras muchas veces aunque sean cortas deparan mucha tristeza.
Mis ojos no te conocían, no había albor en medio de nosotros, necesitaba aprender, necesitaba estrenar mi alma, para pensar que algún día esto… si me paso.
Pero un día…
Ya no me hacer sentir corazón,
Te deje partir, te dije que eras libre,
Para alcanzar mi liberación.
Ya no me haces sentir corazón,
Tus manos comenzaron abrazar lo que no existía, lo que no te había ofrecido; entendí que no estábamos, nunca habías estado….Vi lo que no tenía.
Ya no me haces sentir corazón,
Nunca fue… digamos que fue eso… nunca fue.
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