Cada que te pienso en
mí,
el dolor es punzante,
mi cuerpo se deshace
imaginando tu suspirar,
ni lo que fue tu amor…
frena la agonía,
ni lo que fue tu amor…
frena este final .
Cada que el reloj
marca al caer de la tarde,
regresan tus caricias,
tus besos se meten en
mis labios,
se anidan en mi ser,
de nuevo te deseo.
Cada que el reloj
marca la tarde,
marca con el tu
ausencia,
me recuerda tu
abandono,
me recuerda que te
ame,
sin que lo pidieras.
Cada que cae la tarde
mi corazón lacerado
no te maldice amor
mío,
solo te desea una y
otra vez,
de eso tú no tienes la
culpa,
porque mi corazón no
distingue
entre la verdad y la
mentira.
Luisa Fernanda Vanegas
S.
4 de marzo de 2012
Código: 1203061259519
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