Quisiera dejarme
llevar.
¡Oh muerte!
Que dulce sabes
cuándo te aproximas
destilando licor cada
vez que me abrazas
intentando seducirme
con tus labios espinosos
cuando acaricias mi
alma,
para ver si intento
pedir ayuda,
para ver si clamo vida.
Huele a chocolate
me regresas sueños
pasados,
quieres que te
ruegue,
que te suplique un
poco más.
Me gusta saborear el
desprendimiento…
el abandono,
esa lucha interna por
seguir.
Saber que me dejare
llevar
puede ser excitante
en el momento de la oscuridad,
en el momento de
besarte
de dejar que espines esta carne,
que te espero desde
el momento de nacer,
que te veo siempre en
el fondo,
podría decirte…
muerte dulce
compañía.
No quiero sabores
dulces cuando me abraces
esos los tuve en los
ojos de los míos.
No me muestres el
mundo,
no me enseñes lo que
dejaré.
Tómame de prisa
desagarra cada
centímetro de piel…
dame un sabor salado
a lágrima,
porque no me veré más
en sus ojos.
Que tu abrazo haga
desangrarme
estrangula mis entrañas,
para al final ser
solo polvo.
¡Oh muerte!
Que dulce huele hoy…
Y yo deseando sal.
Luisa Fernanda
Vanegas S.
20 de marzo de 2012
Código: 1203211339894
saludos, muy buen post...:)
ResponderEliminarqué pena tan joven y pensando en la muerte, pero si hubo otros poetas maestros que tambièn hicieron poesía a la muerte, diría mas los clásicos. Vaya, vaya, ya no se que digo. Muy interesante tu poema. Besos desde Lima
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