jueves, 28 de junio de 2012

MAÑANA TE DEJO LIBRE (Morgen lass ich dich frei)




He volteado el reloj esperando a que tú aparezcas para iluminar mi cuerpo.  Llevo varios soles esperándote, recodándote, sintiéndote, pidiendo un poco más, para estar esos minutos a tu lado, besarte y creer que jamás existió el olvido, que las letras de mi nombre las tatué en tus labios y mis manos aun te rozan. A mí no me importa lo mucho o lo poco que te ausentaste, solo me importa esos minutos que pasaremos juntos antes de irme, antes de decirte adiós o tal vez ni alcance a eso. 

El tiempo es muy corto para mí y te he pedido como último deseo, quiero sentir de nuevo, quiero creer que me veo en tus ojos, que tus manos morenas aceptan la trasparecía de las mías, mezclándonos, creando un nuevo color. Hasta hoy he aguantado mi respiración, los deseos que me rodena en las noches, he tratado de jugar con otros, pero no… sigues en mi; tus dioses benditos no te alejan de mi; tu sotana adoraba mi encuentro de liberación como forma de protesta a tu mundo mudo de sombras del cual no quise hacer parte.
Te quise libre sin ataduras, sin horarios, dispuesta a luchar siempre a tu lado, no quería tu esclavitud, esa negra noche que nos separaba y me hacía creer que eras casi divino, donde las esperanzas de poseerte se resumían a la invisibilidad de ellos; te quise libre sin culpas, tu hablabas de amor a los que te seguían,  a mi me de lo prohibido, del pecado que te ceñía el pecho, de la imposibilidad para ver el camino de frente conmigo.

Todos tus miedos me los sé, pero no te rescatare de nuevo; sé lo que eso implica. Solo deseo que regreses, que me desees de nuevo, que me des vida; que me des un poco de esa vida que guardas, de esa pasión que te carcome, de esas ganas de libertad, que me des vida… a ti te sobra todo eso, a mi me sobran ganas, pero la vida es tan escaza en esta esquina, te la comes a diario con tal de ceñirte el silicio que te aleja, el silicio que lleva mi nombre, que te recuerda el calor de una mujer, que no te cura las ganas de besarme, abrazarnos y regresar al bosque donde una vez vinos de noche la cuidad y creímos que ya habíamos superado el dolor de la culpa, que la eternidad seria nuestra.    

Creo en tu amor, en ti, en lo que alguna vez fue, en lo que alguna vez me hechizo… ven, será solo un momento, una noche, para dejarte libre, para dejarte como siempre creíste que eras… libre; solo por una noche entremos en esa cárcel, donde solo habitan los olvidados, recuerda que mañana te dejo libre al salir el sol.  


©Luisa Fernanda Vanegas S.
Colombia
28 de junio de 2012
Código: 1206281882291

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