miércoles, 14 de septiembre de 2011

144 FUERON


Una mañana ella preparo todo para salir de viaje,
Quemo las cartas de amor,
Regalo las muñecas,
Preparo un café y comenzó a ver la lista de sus amantes.
Trato de unir los pedazos de un pasado gris,
Sin mucho acierto,
Sin alma.
Después de leer algunos capítulos del Barón Rampante,
Comenzó a contar las pastillas una por una,
Aquellas que representaban un viaje seguro.
Fueron 144 en total,
Para salir sin gloria de aquí.
Muchas veces en la puerta se le escucho decir
Que algún día nos daría un regalo liberador,
Un regalo para nuestros ojos.... 
Las cogió y las mezclo con ron,
Las bebió rápido para que no la asaltara el arrepentimiento…
 Y se dispuso a morir.
Después de una hora el efecto no llego;
Así que agarro un cuchillo y se desgarro las muñecas.
Lo hizo con rabia,
Había planeado ese momento por meses
Y no era justo que ahora no resultara.
Necesito irme!
Gritaba…
Nadie escucho ese llanto,
Nadie escucho ese ruego.
Tanto fue su desespero que ni la sangre acudió a la cita…
La muerte no llego,
Solo se sentó en su cama
Y se rio.

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