domingo, 4 de septiembre de 2011

UN ADIÓS VESTIDO DE ATARDECER


UN ADIÓS VESTIDO DE ATARDECER
A Consuelo Uribe Vélez,
Mi maestra de matemáticas

Barajando recuerdos me encontré con el tuyo.
Lo saque de su estuche y lo deje en el viento.
Voló, se hizo abeja, y se quedo en el jardín de las amapolas.
Mañana el alma estará vieja,
Con migajas en distintas manos,
Queriendo tocar el sol.
Mañana las amapolas se habrán marchitado
Y quizás…
Tal vez…
Quieras lavar tu memoria y tirar una taza
De café echa a presión.
Veo con paciencia que quieres,
Que los desiertos de tu cerebro
Guarden solo lo probable
Y no robar imaginaciones.
Quieres ser lógica, precisa
Y calcular científicamente
Lo perfecto irreprochable.
Ya sin brillo los ojos que te siguen ahora,
Con miradas que imploran,
Que embriagan con mágico vino…
Y de nuevo otro paso,
No mi paso ligero,
Que cruzara los senderos,
Te dirá que la vida es hermosa.
Y una vez más el viento jugara con tu risa,
Como estrella que rueda temblorosa un instante
Y se pierde en la noche.
Para ti he pintado mi última mariposa,
Con danza de colores del verano,
El cielo más azul y más cercano.
No se ha educado aun mi corazón
Tiemblo en los atardeceres,
Crezco y no aprendo a crecer,
Ni me vuelvo mujer envuelta en velos.
Es verdad que a ratos estoy triste
Y salgo a los caminos…
Y lloro por las cosas
Más dulces y más tiernas
Y atesoro recuerdos avanzando en los días,
Con miedo o desparpajo…
Ya no me hablas,
Ya no me miras,
Ya no estás aquí,
 Mi mente no siente la sensatez brotar
Ni mi cuerpo los números correr…
¿Dónde estás?...
Ya las gentes murmuran que soy tu enemiga
¡Mienten! ¡Mienten! ¿Mienten?
Solo que aun no encuentro la formula
Para tener tu tiempo.
Me siento ya una casa enferma…
Una casa leprosa.
Otro día ha pasado y nadie se me acerca.
Estoy pintando un atardecer
Que lleva un hombre vestido de azul
Con la mirada ausente,
Como cuando nos quieren decir…
Adiós.

Luisa Fernanda Vanegas S.

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